Es una de las piedras de la sanación porque ayuda tanto a calmar el dolor como a restituir las energías dañadas. Por ello por lo tanto también equilibra nuestro sistema energético ayudándonos a despejar la mente y el corazón.
Es un cristal fabuloso para ayudarnos a superar cualquier conflicto emocional, puesto que además de sanar la herida del corazón, nos permite tener una visión clara y estable de la herida. Así dota a la mente de las energías necesarias para llevar de la mejor manera posible el dolor, y nos ayuda a comprenderlo y aceptarlo para superarlo definitivamente.
Es una piedra positiva, pero llena de tranquilidad y estabilidad. Si estamos necesitados de silencio mental, y de paz interior, sin duda nos puede ayudar.
Sus fuerzas son muy sutiles y delicadas, pero siempre eficaces. Serena el espíritu, la mente y las emociones, así que puede ayudarte a dormir si no lo haces bien. También puede ser de gran ayuda si te vas a enfrentar a algún acontecimiento que pueda alterar sensiblemente tus emociones como un examen, un trauma, etc.
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